By @JORGEMADRIDhv

domingo, 27 de octubre de 2013

El clásico topo

Corria el balón por la banda, inmerso en un galope intimidatorio de Cristiano Ronaldo, cuándo salió disparado en forma de centro para ser rematado por Khedira. Empujado por el alma de Sami, el esférico rozó el pie de Víctor Valdés y rodó hasta la mano de Adriano. Éste, con cuestionable habilidad, cacheó el balón cuál Policía. Evitando así que el cuero fuese rematado en el área pequeña por un jugador del Real Madrid. La estupidez empieza en negar la evidencia. Aunque por estúpidos es portada la azulgrana. El estúpido es necio, torpe y falto de inteligencia. Como el señor que decidió no señalar como penalty un evidente empujón del "guachiturro" a Cristiano.

 MALLENCO DISFRUTANDO DE LA VICTORIA DEL BARCELONA
 La derrota fue inmerecida, pero predecible a posteriori. Derrota vaticinadora porque Martino, según afirmó en rueda de prensa, ya conocía la alineación del Madrid horas antes del partido. Alineación que fue filtrada por un futbolista del club blanco a unos amigos de la prensa (Manu Carreño y Fernando Burgos. Amigos reconocidos de Iker Casillas Fernández con los cuáles, según indican numerosas imágenes, a compartido más de una cena). La ONCE patrocina el casillismo. ¿De qué sirve gastarse 100 millones si luego tu máximo rival conoce la alineacón horas antes del partido? Las puertas del Bernabéu tendrían que estar abiertas para Casillas, aunque visto lo visto, bien podria salir del Real Madrid por debajo de la tierra, cual mamífero insectívoro. Cual Topo.
CASILLAS CENANDO CON CARREÑO


El impaciente castiga duramente a Ancelotti rogando a la presidencia su despido. Es algo que practica la afición del Real Madrid cada año. Una acción habitual y repetitiva. Tanto o más que el vómito, acompañado de repetidas arcadas, de Leo Messi en las canchas españolas (Ayer volvió a ocurrir). Por ello, deja de ser noticioso (E inteligente).


Carlo, no estuvo brillante ayer. Es algo obvio, no ocurre nada por decirlo. El planteamiento fue demasiado cauteloso, o miedoso, según algunos. Es una opinión respetable pero que no comparto. No creo que Carletto tuviese miedo al Fútbol Club Barcelona, sino a sentar en el banquillo a Sergio Ramos. Un jugador en un estado de forma deplorable, desconcentrado, con muchos pájaros y hormigueros en la cabeza. Que reclama una renovación en el despacho a falta de poder hacerlo sobre el terreno de juego.


En definitiva, un Real Madrid algo más ordenado en la segunda parte con la aparición de Illarramendi, y las intervenciones de Undiano Mallenco, logran hacer que el madridista posea la maldita sensación de la inmerecida derrota.

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