Un empleado siempre debe respetar a su jefe, en ocasiones
tragarse el orgullo y hacer lo que este le manda. Al jefe siempre se le ha de
hacer caso, ya que lo que el ordena es lo que se debe de hacer para que la
empresa marche perfectamente. Si el empleado desobedece al jefe, este debería
ser despedido. Al parecer a veces hay
excepciones, gente que desobedece al jefe y hace lo que le da la gana, su
superior le comenta que debería hacer una serie de cosas para que la empresa
siga a flote, pero el empleado se niega, es más cuestiona mandamás. Él decide
lo que es mejor para la empresa sin ser él al que le pagan para gestionarla.
Con Toril ocurre algo parecido a lo que le sucede a este
empleado. El entrenador del Castilla lleva las riendas del filial como si fuese
un equipo de segunda más, decide el esquema y el estilo de juego. Con todo esto
debe pensar que ayuda de alguna forma a sus jugadores y al club, evidentemente
no es así. Toril, un hombre al que admiro, debe darse cuenta que para ayudar
realmente al Real Madrid y a sus jugadores del Castilla, debe tratar al
conjunto como lo que son, un filial, y
no como un equipo que lucha por quedar entre los primeros en la liga.
Por ello este hombre debe hacer caso a los consejos que le
de Mourinho, que al fin y al cabo esta para eso. Debe darse cuenta que para
darles un empujón a los chavales hacia el primer equipo debe hacerles jugar de
la forma y en el sitio que el entrenador portugués desee, porque es así la única
forma de que dichos profesionales lleguen a triunfar en el primer equipo.
Bajo mi punto de vista y siempre desde el debido respeto,
creo que la función de Toril debería ser ni más ni menos que cumplir a la
perfección las ordenes de Mourinho, y así será como realmente ayude a la
cantera del RMCF.
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